UPTA advierte, habrá sectores de actividad que sufrirán especialmente los efectos económicos de la pandemia, y entre ellos están los estudios de fotografía y video, la caída de su facturación superará los 400 millones de euros.

La Federación Española de Profesionales de la Fotografía y la Imagen “FEPFI” integrada en UPTA, nos ha trasladado los datos de la cruda realidad a la que se enfrentarán estos profesionales.

La pérdida de ingresos se debe principalmente a la suspensión de enlaces matrimoniales, más del 80% de los 170.000 que se producirían este año ya han sido cancelados. Igualmente, a estas suspensiones hay que añadir que se han retrasado comuniones y bautizos, así como cualquier otra celebración grupal. Recordemos que son aproximadamente 300.000 comuniones y cerca de 400.000 bautizos los que se celebran anualmente en nuestro país.

En el caso de las bodas, el precio por los servicios fotográficos y videográficos oscila entre los 1.500€ y los 3.500€; si se trata de una primera comunión entre 300€ y 500€ y cuando nos referimos a bautizos entre 100€ y 500€, siempre dependiendo del tipo de reportaje y de la provincia donde tenga lugar. Sin duda, esta es la mayor fuente de ingresos de los profesionales de la fotografía y el vídeo, y este año muchas celebraciones no se podrán realizar por las condiciones excepcionales que estamos padeciendo.

Además, y dadas las circunstancias, desde el Ministerio del interior se ha prorrogado hasta el 2.021 la validez de los DNI que habían caducado durante este año, lo que le ha supuesto al sector una gran pérdida de ingresos, 40 millones de euros adicionales. Con esta dramática situación la mayoría de los profesionales están condenados a cerrar sus negocios, más de 17.000 trabajadores autónomos se dedican a esta profesión. Por ello, UPTA ha solicitado al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que se establezca, para este colectivo, un cese de actividad extraordinario que perdure hasta que la situación de su actividad se normalice.

Por otro lado, UPTA está negociando con el Gobierno como abordar la situación de otros sectores de actividad que están tremendamente afectados. Son más de 25.000 los feriantes, vendedores y comerciantes ambulantes que desde el mes de marzo, y normalmente hasta octubre, desarrollan su actividad económica en fiestas patronales y lugares de ocio. Este colectivo también necesita una ayuda especial por tratarse de autónomos fijos discontinuos.

Eduardo Abad, presidente de UPTA, “hemos pedido a la ministra de Industria que destinen más recursos y que establezcan una prestación extraordinaria para los colectivos que desarrollan actividades estacionales, son muchas las familias que dependen del trabajo autónomo de temporada y que no obtendrán ingresos durante el 2020”.